“...[L]a capacidad de la unidad principal para ser subdividida infinitamente es considerada como el primer paso esencial para crear el cosmos a partir del caos.” (Crump, 233). El universo lleva un orden matemático al igual que la arquitectura. Teniendo como ejemplo la naturaleza y divinidad de su existencia, el ser humano desde sus orígenes ha buscado replicarla y sobrepasarla. Con este objetivo la arquitectura se entrelaza con conocimientos geométricos y aritméticos. El conocimiento era dotado como sagrado y solo los iluminados podían gozar y crear con ella.
La universidad durante la era medieval era exclusiva para hombres eclesiásticos como fundaciones cristianas para el mejoramiento del alma. Por ello sólo aquellos “con la gracia divina” podían obtener los saberes enseñados aquí. Entre los temas del curso se encontraban la geometría y la aritmética. Como servidores de Dios hacían uso de los conocimientos para edificar iglesias que parecen obviar toda ley de la gravedad durante el movimiento arquitectónico gótico. Estas imponentes estructuras se dicen rendir homenaje al Paraíso de Dios y pretenden traer un pedazo de este a los congregados quienes vivían en simples chozas de piedra.
La relación entre religión y proporción se manifiesta en cómo las culturas han utilizado la proporción para reflejar el orden divino en sus espacios sagrados. Monumentos como Borobudur y Angkor Wat emplean proporciones geométricas para alinear sus estructuras con el cosmos, simbolizando la conexión entre lo terrenal y lo celestial. A través de patrones numéricos repetidos, estas edificaciones no solo representan la grandeza cultural, sino también la armonía divina. Así, la proporción en la arquitectura religiosa sirve como un puente entre lo humano y lo divino, materializando conceptos abstractos de equilibrio y eternidad.
Las culturas han integrado la geomancia en el diseño arquitectónico de sus templos.En la tradición del feng-shui, por ejemplo, la disposición de los edificios se ajusta para atraer energía positiva y reflejar el equilibrio cósmico. Esta práctica demuestra cómo las proporciones geométricas no sólo representan ideales divinos, sino que también buscan sincronizar el entorno construido con las fuerzas naturales. De esta manera, la arquitectura se convierte en una manifestación tangible de principios abstractos de armonía y orden.
La arquitectura ha servido como un reflejo tangible del orden cósmico, combinando proporción y geometría para crear estructuras que trascienden lo terrenal. Al integrar principios como la geomancia, se refuerza la conexión entre lo divino y lo humano. Esto demuestra que el conocimiento arquitectónico no solo responde a necesidades físicas, sino que también busca emular y honrar el equilibrio del universo. Así, la arquitectura se convierte en un acto de devoción, entrelazando religión y proporción en su esencia.
Referencias
Isado, J. (s.f.). proportional systems. https://www.isado.net/4211-enlaces
Thomas Crump. (1993) La antropología de los números
Vizcaíno, P. M. R. (s. f.). Las Universidades y Facultades eclesiásticas: normativa y organización - Iuscanonicum - Derecho Canónico en la Web. https://www.iuscanonicum.org/index.php/la-funcion-de-ensenar/la-educacion-catolica/371-las-universidades-y-facultades-eclesiasticas-normativa-y-organizacion.html
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